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sábado, 6 de agosto de 2016

Por un plato de lentejas


Este cuadro se encuentra en el museo del Prado (Madrid) y representa a dos personajes del Antiguo Testamento:
-A la izquierda está Esaú, el hijo mayor del patriarca Isaac y su esposa Rebeca. Tiene un aspecto fuerte, musculoso, con abundante vello en el antebrazo. Lleva una lanza y le acompaña un perro, porque es cazador. Con su mano izquierda agarra un plato de comida.
-A la derecha está su hermano gemelo Jacob, el hijo menor, su gesto y sus vestidos son más elegantes y delicados, junto a él un gato, animal de compañía ligado al hogar, a la tranquilidad.
Los patriarcas daban mucha importancia al hijo mayor, el primogénito, porque él era el que heredaba todo lo del padre. También la promesa que Dios había hecho a su abuelo, el patriarca Abrahán.
El cuadro representa el momento narrado en (Gn 25, 29-34), cuando Esaú actúa sin reflexionar, y movido por el hambre que tenía en ese momento, le cambia a Jacob sus derechos de primogenitura a cambio de un plato de lentejas.
"Por un plato de lentejas" es una expresión que se usa cuando elegimos una cosa de muy poco valor si la comparamos con la que dejamos, que es la importante y la que nos da la verdadera felicidad.
Nos enseña a pensar antes de actuar, a escuchar la voz de nuestra conciencia y usar bien de nuestra libertad. Esaú se enfadó mucho, pero al final tuvo que aceptar las consecuencias de su decisión y en la historia de la salvación fue su hermano Jacob el siguiente patriarca.



miércoles, 3 de agosto de 2016

El deseo de bien, Delacroix, Van Gogh, y un samaritano


Obra de Eugène Delacroix , ¿Qué representa?, una persona sube con esfuerzo a un chico de aspecto frágil y lastimado encima de su cabalgadura.

La misma obra, pero con la particular creatividad de Vicent van Gogh.
Estas obras están inspiradas en un pasaje del evangelio en el que hacen a Jesús una pregunta y contesta mediante una parábola. Al final nos formula una pregunta a la que todos tendemos a responder lo mismo, ¿por qué?, porque tenemos en nuestra misma naturaleza el deseo y la alegría de hacer el bien.
Pincha AQUÍ para ver el vídeo de Valiván.


Aunque a veces nos cueste, la verdad es que todos deseamos hacer el bien, hay algo en nuestro interior que nos dice que ahí se encuentra la felicidad.
Jesús nos enseña que ese vago y difuso deseo de bien se expresa en el amor a los demás, y para que lo concretemos lo explicó de muchas maneras, principalmente con su vida.

Por medio de la parábola del buen samaritano (Lc 10, 25-37) nos comunica que el amor tiene que ir dirigido a cualquier persona que nos encontremos en el camino de la vida, y que tiene que ser un amor con obras, entregado, sacrificado, y sin esperar nada a cambio.